Hace relativamente poco me puse a pensar en este concepto, aplicado a la vida en varias formas. Estoy felizmente convenciéndome de que la constancia hace a la maestría, la (por decirlo de alguna manera) perfección. A pesar de no haberlo notado antes, me costo desarraigar de mi mente la idea de que nadie nace superdotado, y que los "dones naturales" requieren de un trabajo para que puedan llega a algo destacable...
Remontándome al pasado por ejemplo, encontramos a figuras como el gran maestro Wolfgang Amadeus Mozart, individuo que a los 5 años podía interpretar con el piano su intrumento, obras bastante complejas, resulta que el mismo se definía a sí mismo como una persona "adicta al trabajo".
El motivo de esta entrada es compartir con ustedes lo importante que considero este concepto, y el que puede ser a su vez una muy buena filosofía de vida.
Como siempre los invito a opinar, los comentarios siempre son bienvenidos. Y gracias a todos los que no lo hacen pero leen.
Saludos
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